Amantes de las bajas pasiones cinematográficas…

Especial Michael Haneke VIII: El Tiempo del Lobo


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Le Temps Du Loup – 2003

Después de tres películas de Haneke prácticamente al hilo y dos textos, el tercero se me complica, estoy un poco saturado. Creo que escribir sobre una película mella el disfrute de ésta, el recuerdo que nos queda de ella. Los productos audiovisuales son sensoriales, los absorbemos con los sentidos, los interpretamos con nuestros sentimientos, no necesitamos que la razón corrompa la experiencia. Sin duda muchas películas nos llevan a la reflexión, a cuestionamientos filosóficos, políticos, religiosos, morales, pero mientras estos se mantengan en el fuero interno o en el cálido ambiente de una discusión de amigos cinéfilos la razón seguirá siendo parte de ese flujo impreciso que es la mente. Esas mismas ideas, forzadas al papel, cuadras a los espacios bidimensionales de una hoja o de una pantalla, pierden su deliciosa cualidad etérea. Es por esto que abordar “El tiempo del lobo” y la sobrecogedora sensación de desamparo que me dejó se convierte en una misión difícil, penosa.

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Líneas más arriba señalaba la violencia contenida como una marca de la obra de Haneke, creo que puedo meter en ese mismo saco a “el desamparo”. ¿No es siempre el estado común a todos sus protagonistas? Quizás sería valido preguntarse si lo de Haneke es una crítica a la sociedad actual. Es evidente en “Código desconocido”, pero ¿no está también en el resto de su obra? En mi texto sobre Benny´s video señalaba la presencia de la violencia en los medios de comunicación, dando cuenta que el mundo al que pertenecían los personajes (y en realidad todos nosotros) es un mundo que se forja y sobrevive a través del flujo de la violencia. La violencia es cimiento y constante, primordial en nuestra naturaleza y nuestra herramienta de sobrevivencia.

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Todo este rollo evidentemente no está desligado de “El tiempo del lobo”. La película no sólo trata estos temas, sino que los expone a través del ejercicio de poner a sus personajes en una situación única, casi imposible, prácticamente un experimento. Un desastre no precisado obliga a la gente a entrar en un modo de vida a lo Mad Max, sin Mel Gibson y sin autos, de más está decirlo. La gente huye, no hay víveres, no hay agua, se instaura la ley de la selva… hay quienes intentan, dentro de lo posible, conservar la civilidad. Una familia deja la ciudad con el auto lleno de víveres para refugiarse en su casa de campo. El desastre estalla a pocos segundos de iniciado el metraje, el padre muere, madre e hijos (chica adolescente, niño de 8 años aproximadamente) se quedan desamparados, sin techo, sin auto, sin víveres. A partir de ese momento se desarrolla una historia que el espectador puede asumir con cierto ánimo cortazariano, si cabe la palabra. Me refiero a Cortázar por siaca. Y es que nunca nos enteramos qué desastre, catástrofe o acontecimiento nefasto en general a provocado este cambio en el mundo, no nos queda más que asumir esta situación inexplicable, casi gratuita, con total credulidad, pues realmente está pasando y porque lo que sienten y atraviesan los personajes, es de un verismo absoluto. Nota a parte para los desleídos: Comprar “Todos los fuegos el fuego”, leer “Autopista al sur”, si han visto “Weekend” de Godard seguro ya cumplieron con la tarea.

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Es interesante como en “El tiempo del lobo” se mezclan la resignación y la lucha por la sobrevivencia, puesto que ambas actitudes me parece contradictorias, de difícil convivencia. Siento que los personajes, y no me refiero sólo a los protagonistas, sino a todo el grupo humano con el que se juntan más adelante, sobreviven porque tienen que hacerlo. Es un acto automático, ¿instintivo quizás? Es por esto que cuando una chica se suicida (y es extraño que en una situación tan desesperada sólo una persona se suicide en dos horas de metraje), la hija adolescente rompe en llanto… se ve obligada a enfrentar la muerte, la realidad de la no sobrevivencia.

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Los “justos”. En situaciones desesperadas la gente se aferra a mitos, historias fantásticas, cuentos de salvación. Hay en el grupo humano con quienes se ven obligados a convivir nuestros protagonistas gente que cuenta historias sobre personas conocidas como “los justos”, que se lanzan a las llamas desnudos por la salvación del mundo, hay quienes creen que son 36 justos y si estos mueren, estaremos todos perdidos. Es curioso e importante que existan estas dos versiones contrarias, por una lado la muerte de estos es salvación, por el otro es sinónimo del fin.

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ALERTA: SPOILER

¿Es el niño un “justo”? Por qué se quiere lanzar a las llamas. Es simplemente un suicidio porque ya no aguanta más la situación extrema por la que están pasando o cree ser un “justo”. Si esto último es el caso, al tirarse a las llamas y en consecuencia morir, él quiere… ¿ayudar a la salvación o que el fin llegue más rápido? Es una pregunta, una situación y un final más que dramático. Después de haber visto durante dos horas la dura sobrevivencia de los protagonistas y las demás personas a su alrededor, que uno de los más jóvenes se vea llevado a este extremo y que su acción nos deje tal duda es… lo que realmente “hace” a la película.

Gianmarco Gardella Velazco

3 comentarios

  1. La acabo de ver. No sé, me ha parecido demasiado fría, gélida… Verla es casi un castigo. No consigue el fin de entretener. Aunque tiene algún destelllo se queda a años luz de «Funny Games» o «Caché (escondido)». Un 5 raspado.

    septiembre 27, 2007 en 1:08 pm

  2. Hay sin embargo un reposo, una pausa reflexiva que no tienen las demás películas de Haneke, algo que me interesó mucho cuando la ví. Quizá sea la películas más «contemplativa» de este director, y personalmente la aprecio por ello. Pero he de verla otra vez, ya de su visionado ha pasado tiempo.

    septiembre 29, 2007 en 12:41 pm

  3. acabo de verla y… me parece demasiado densa. todas tienen ese rollo asfixiante, la diferencia es que esta no me parece demasiado atractiva visualmente…
    además creo que uno de los puntos fuertes de las películas de haneke son los personajes y aquí no tiene ninguno que te empuje a seguir viendo la película (vamos, creo yo)

    junio 1, 2009 en 5:15 pm

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